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Prácticas de guía de turismo con Guiasmur
Después del obligado parón en nuestras publicaciones por Semana Santa (ya escribiré en breve sobre la misma) y la sobrecarga de trabajo y la falta de tiempo para escribir un post en condiciones, quiero volver a compartir inquietudes con vosotros; en este caso, dar la bienvenida a Jesús, nuestro nuevo alumno en prácticas este año 2016 procedente de la escuela de hostelería y turismo de Cartagena del módulo «Técnico superior en guía, información y asistencia turística».
Jesús es el noveno alumno que recibo en mi empresa para hacer prácticas laborales. Los ocho anteriores vinieron procedentes de la Universidad de Murcia, concretamente de la facultad de letras y la especialidad de Historia del Arte; En esta ocasión su procedencia es un módulo superior de FP y viene con su recién adquirida habilitación de guía de turismo bajo el brazo ya que anteriormente también cursó Historia del Arte y está en posesión de su grado, una de las condiciones para poder presentarse a las pruebas de habilitación como guía oficial de turismo en la Comunidad de Murcia.
¿Qué esperamos de él? Que aproveche la oportunidad de estar en la calle con público real, en destinos reales y con problemas e incidencias reales del día a día de esta profesión. Que adquiera herramientas, técnicas y habilidades que sólo la calle puede dar en esta profesión para el desempeño de la misma, que ría, se preocupe, interactúe y trate con y por nuestros clientes, que pierda el miedo escénico a hablar en público en la calle y, en definitiva, que esta experiencia le sirva como plataforma de lanzamiento a la labor de guía de turismo mediante la cual, y según lo experimentado pueda discernir si esta es su profesión o no, porque, como en otras tantas ocupaciones, muchos son los llamados pero pocos los elegidos. Me entristecí enormemente el pasado sábado cuando pude ver con mis propios ojos, a pocos metros de mí y mi grupo, como un nuevo guía de la última remesa de la comunidad murciana, frente a la monumental, renacentista e impresionante iglesia del Salvador de Caravaca, explicaba a su grupo la historia y construcción del templo leyendo un folleto y con apuntes en su mano. No lo culpo, cada uno trabaja como pude o sabe, pero he de reconocer que fue muy arriesgado por ambas partes (contratante y contratado) enfrentarse a un primer servicio de esa manera, sin red y apenas sin experiencia ni preparación, con tan sólo una tarjetita al cuello que habilita profesionalmente, sí, pero no es una vara mágica que por ciencia infusa te transmita conocimientos y técnicas de manejo de grupos. Sólo aquellos preparados convenientemente (no sólo en los conocimientos) y que viven y hacen vivir, disfrutan y hacen disfrutar, comunican y transmiten emociones y sentimientos a los clientes podrán destacar en un medio cambiante y en el que las exigencias del cliente van mutando y evolucionando más hacia lo «auténtico y verdadero, lo emocional y sensible» que a la narración de historias sin alma, sin color y sin corazón.
Y, ¿Por qué lo hacemos?, difícil respuesta. He de confesar que es un trabajo extra para mí preparar el plan de prácticas adaptado a las necesidades formativas del alumno en función de nuestras posibilidades, la dedicación de tiempo para estar con el alumno hablando sobre trabajo, orientándolo, guiándolo, enseñando el camino recorrido y como nos tomamos en serio nuestra profesión. Pero al final y pensando sobre el tema, creo que lo hago por 2 motivos:
- La profesión, tanta veces denostada e infravalorada en la sociedad que a veces piensa que cualquiera puede ser un guía turístico, creo que necesita una vinculación con los estudios superiores reglados, en la que los alumnos de universidades y grados superiores vean que es una salida tan digna como otras, y tan difícil y costosa como las demás. Además, como en tantos otros estudios, la experiencia y la práctica se convierte en un factor esencial en el ciclo formativo y creo que podemos ofrecer no sólo nuestra experiencia, sino el contacto real y sin escudos con el turista del siglo XXI.
- Pero sobre todo creo que lo hago por mí mismo y una una carencia de mi época inicial pues, si alguien, alguna vez, me hubiera dado la oportunidad formativa que hoy modestamente ofrezco, en mis inicios hubiera pasado muchos menos nervios de los que pasé, a la vez que me gusta ofrecer esa oportunidad que yo nunca tuve y que me hizo mucho más difícil el acceso. Aún recuerdo mi primera visita, un congreso de ejecutivos, en Murcia, de hoy para mañana, todo muy medido y con un cliente muy exigente…ahí perdí el miedo al abismo. Doy las gracias por la oportunidad brindada, siempre hay una primera vez, pero no perdonaré que no me dieran la oportunidad de haber tenido unas prácticas, una pequeña formación que me hubiera preparado para aquella tarde turística de primavera en Murcia.
En definitiva, bienvenido Jesús, estamos a tu disposición para que aproveches la experiencia y, tan sólo espero que cuando trabajes como guía turístico de manera regular y profesional me recuerdes como aquel que un día te ayudó, aunque sea un poquito, a convertirte en un buen guía turístico.
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